Artículo publicado en el Cruzado Aragonés día 08 de marzo de 2013, en la sección: Un instante, muchas vidas.
La suave cuesta de la carretera de Huesca, flanqueada de árboles, salpicada de villas y vagos, se resistía a aquellos camiones que enfilando el Coso y necesitados de potencia, se apoyaban en un doble embrague que facilitara la maniobra. Se plantaban árboles en las cunetas de las carreteras, en ocasiones en doble hilera, se decía para dar amenidad y belleza; después se dijo que eran un peligro y fueron desapareciendo.
Resaltan en esta fotografía de los años veinte, la parte posterior de la finca de los Tarazona y la fachada de casa Cometas, ambas a pie de la carretera de Huesca, todavía sin asfaltar. En la primera habitó la familia de Vicente Tarazona Fau, acreditado veterinario al igual que su hijo Vicente Tarazona Vilas. En el año 1962 se estableció en los bajos la Caja Rural de Préstamos y Ahorro de la Cooperativa Agrícola de 2º grado, germen de la Caja Rural Provincial de Huesca.
Justo Mora Campodarve –miembro de la familia Comas-, encabezaba sus facturas con el dibujo de un cometa surcando el espacio, en cuya cola se leía: Antigua Casa Cometas fundada en 1783. También anunciaba: fábrica de Alfarería; cocción perfecta en hornos modernos de tiro forzado; ladrillos de todas clases y baldosas. Tras el edificio de la familia Comas, en una nave paralela, se ubicaba la fábrica; en los años 30 ésta aparece inscrita a favor de su viuda. El resto de la manzana hasta la calle Carreteras la ocupaba, en mayor medida, distintas propiedades de la familia Lolumo. En los aledaños también se emplazaba lo que llamaban “La rueda”, explanada con varias eras de pequeña dimensión donde se confeccionaban sogas: se trenzaba el cáñamo sujetando la guía al extremo de un poste y caminando hacia atrás.
En el número 58 de calle Carreteras, se situaba el edificio con galería que se aprecia en la imagen, de Manuel Lolumo Abadía, próspero propietario e industrial que lideraba el listado de grandes contribuyentes a la Hacienda Municipal. Fue alcalde de la ciudad en el período 1902 a 1904.
Los hermanos Valle Raso, hijos de Mariano Valle Carruesco –quien desde finales de siglo XIX vendía materiales de construcción en el Coso-, eran contratistas de obras. En la carretera que vemos en la instantánea adquirieron cuatro solares lindantes; en el actual número 55, Ángel construyó su hotelito: Villa Josefina; en el 53, Ramón construyó la Casa Valle, fechada en el año 1928; también éste último edificó y habitó una finca, ya desaparecida, de estilo modernista conocida por: “Casa de los Pensamientos” – apelativo inspirado en los ornamentos florales que adornaban su ondulante fachada- . Sobre el cuarto solar se proyectó una edificación que el estallido de la Guerra Civil, dejó huérfano para siempre.
En la década de los años 20 abundaban en Barbastro industrias de reducida dimensión, que requerían escasa tecnología, y abastecían el mercado local y comarcal. Destacaban la industria chocolatera y harinera; también se contaba con fábricas de encurtidos, de jabón y de aceite; Moisés Encinar Sánchez producía lejías en su fábrica de la lindante calle Aneto; además, en distintos puntos de la ciudad se fabricaban: losetas hidráulicas, yeso, pastas para sopa y gaseosa.
En la matrícula industrial de esta década, quedó inscrito Constancio Rámiz Mur como titular de un taller de herrería mecánica en la Carretera de Huesca. En la parte derecha de la fotografía, entre el follaje de los árboles se llega a descubrir una esquina de su taller. Publicado en Cruzado Aragonés día 08 de marzo de 2013.